martes, enero 22, 2008

LIBRO DE LA MEMORIA


"Allá en mi pago hay un pueblo
que se llama no me olvides;
quien lo conozca que cuide
su recuerdo como gema,
porque hay olvidos que queman
y hay memorias que engrandecen"

Alfredo Zitarrosa

El Olvido


¿A donde van a parar las ideas geniales que olvidé?
¿y los amores no correspondidos?
¿y la energía despedida en cada orgasmo?
¿y los 472 paraguas que perdí?

deben estar todos en algún galpón esperando
para contarme sus historias, mi historia
desde otro punto de vista

de como aquel niño inspirado
necio y colérico
abrió poco a poco mano
de su indignación

El mundo es una máquina de olvido
y nosotros su reflejo
pero para olvidar hay que tener buena memoria
sino enseguida nos olvidamos de olvidar
y aprendemos todo de nuevo

Olvidar es un arte milenario
es como crear por substracción
como quitarle ruidos a un murmullo
para hacer la sinfonía
como contar la vida en un libro
o hacer de un libro un poema
o de un poema una frase
o de una frase, un silencio.
Emociones que se esriben en la cinta de tu memoria tactil
dinastias de texturas y aromas que transitas sin ceremonia

tu silencio Zen, tu arrogancia, tu ver

el mundo es mas de lo que pasa por tus ojos nisei

Celebração da desmemoria

Dia traz dia vou esquecendo teu rosto, tua voz, teu perfume, teu andar engraçado se desvanecem lentamente como um bronceado no inverno, como esquecemos a porpria eternidade ao nascer

Celebremos então a desmemoria
brindemos as letras que nao limos
e que logo mais tambem esqueceremos
que sigam seu curso como os rios
que nunca voltam nem duvidam.

domingo, enero 06, 2008


El infierno no es un mar de llamas ni el paraiso un colochon de nubes
be wellcome.

A la memoria o a la falta de ella


La memoria es un misterio, desde niño guardo algunas imágenes en mi mente como tesoros difusos, ignoro hasta que punto sean de fundamento anecdótico o imaginario, en realidad no importa, son bellos y conservan nitidamente un sentir fresco y un enigma que es de por si enriquecedor.

Mi madre falleció siendo yo un niño, tenía casi tres años y claro, no entendía la muerte y no que ahora la entienda, pero entonces esa idea me era ajena y natural, desprovista de duelos y añoranzas.
Algunos años después, ya consiente de la pérdida, me decidí a no olvidar lo poco que guardaba de ella, y gravé en mi memoria algunas imágenes breves como un sueño.

Hoy consigo apenas recrear un recuerdo que parece una fotografía borrosa en blanco y negro o mas bien algo azulada impregnada de sensaciones algo mas nítidas que esta imagen.

Recuerdo despertar de una siesta en su hombro, íbamos por la calle Cerro Largo, recuerdo levantar la cabeza y observar aun medio dormido el paisaje, no la veo pues miraba hacia atrás, pero recuerdo la sensación de amparo tibio y delicado de su pecho, tal vez despertase entonces de un mal sueño, tal vez.

Lo cierto es que, real o inventado es mas que un
souvenir, un templo donde ofrendar tu memoria o la falta de ella, donde intentar descifrarte como una visión religiosa y así tal vez abrazar tu silencio y dejar que ahora tu duermas la siesta en mi hombro ya sin presagios, sin pesares ni duelos, que descanses como un niño exhausto y feliz como yo, aquella tarde en la calle Cerro Largo.