El viejo jardín hemos podado con tijeras implacables y donde hubo jazmines ahora hay tiempo. Las ramas mutiladas sucumbieron inevitablemente al descuido y al invierno, cayendo así en la tierra negra de lo irrevocable nutriendo sin saberlo la hierba nueva que crece discretamente.
Otras semillas llegarán así como una suerte y otras manos cuidarán de otras flores tan bienvenidas y tal vez de frutos que todos celebraremos.
La tierra esta negra, el jardinero paciente, las flores , las semillas y los frutos ya vendrán.
Las tijeras las perdí.
jueves, febrero 26, 2009
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